Cuando yo era pequeña, tenía miedo de gatos, hallaba aquellos animales feos y nojentos. Un correcto día caminando por la calle avistei un gato blanco con rayas negras, era un filhote, y parecía tener hambre, lo cogí y llevé para casa, alimenté él. A los pocos fui me apegando a él y pasé la no haber más nojo de gatos!
Nenhum comentário:
Postar um comentário